Considerando que nuestros Huesos perduran a través del tiempo durante siglos, podemos considerar a ellos como el símbolo de la Inmortalidad en nuestro ser y el motivo de su duración en el tiempo es por la gran cantidad de energía (Chi ó Ki ó Gallama) que se encuentra guardada en ellos, debido a su misma estructura sólida. Si consideramos que el cuerpo físico es la solidificación física del espíritu, debemos considerar a los huesos como la máxima expresión de esa espiritualidad.
Debemos conocer el sistema óseo, no nos importan los nombres de los huesos, solo sus funciones, de que están constituidos su interior y exterior. Por ejemplo, sabía usted que el interior de los huesos largos se relaciona con la creación de la sangre. Los riñones y el sistema óseo también están directamente relacionados, por eso los procesos como el estrés, los traumas y las emociones fuertes que afectan las glándulas adrenales del riñón, posteriormente crean un proceso de daño en el sistema óseo.
Las danzas energéticas para fortalecer el sistema óseo se aprenden en los talleres son la base del trabajo con los huesos, nos permitirán conectar las partes más densas de nuestro cuerpo físico con las más sutiles emanaciones del mismo. Aprenderemos a respirar por todos aquellos huesos que terminan en punta, como las manos, los pies, la punta del esternón, el cóccix, la punta del tabique, etc., aprenderemos a movilizar grandes volúmenes de energía y sangre a través de los huesos para poder limpiar la grasa que se ha almacenado en ellos a través del tiempo.
La médula de los huesos debe ser roja, pero con el tiempo se llena de grasa, lo cual no permite la creación de una sangre pura y debilita el hueso. Esta grasa comienza a tornar el interior de los huesos de color amarillo. Debemos lograr sacar esta grasa del interior de los huesos para fortalecerlos, creando una médula roja, que a su vez incidirá en la creación de una sangre pura, con mayores propiedades nutritivas para todas las células de nuestro cuerpo.
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